Este próximo domingo, se celebran en la Provincia de Chubut, a la que pertenecemos, elecciones para elegir Gobernador de la misma, Diputados Provinciales, Concejales e Intendente de cada localidad, vamos, lo que en España serían unas autonómicas y municipales.
Hace ocho años y recien llegadito a estos lares, me tocó vivir mis primeros comicios electorales en Argentina, y la verdad, fueron bastantes cosas las que llamaron mi atención y encontre muchas y grandes diferencias con respecto a lo que yo estaba acostumbrado en mi tierra.
Vaya por delante que no me gusta la Ley Electoral Argentina, a mi modo de ver es arcaica y sin duda no ayuda en nada a que el sufragio se desarrolle con la normalidad propia de regímenes democráticos.
Algo que sorprende es que la noche anterior los "boliches" o discotecas, que diríamos nosotros, no pueden abrir, de igual manera a partir de las ocho de la noche y hasta al dia siguiente cuando cierren los Colegios Electorales, no se permite la venta de alcohol, pudiéndose vivir situaciones verdaderamente surrealistas cuando uno ingresa a un supermercado y observa como las estanterías donde se ubican las bebidas alcohólicas están tapadas o directamente no se permite el paso a dicha zona.
El hecho más sorprendente para mi, es la obligatoriedad de acudir a votar, aquí no es un derecho, es un deber, si uno, por ejemplo, pongamos por caso, se encuentra ese dia a más de 350 kms. de distancia de su lugar de residencia, deberá presentarse en una Comisaría allí donde esté para que certifiquen la imposibilidad para emitir el voto. Otro tanto, ocurre si uno tiene la desgracia de encontrarse enfermo por estos dias, en ese caso sera el facultativo de turno el que deba concluir que uno no puede desplazarse a votar.
Otra cosa muy llamativa para nosotros es que existen Colegios para que voten los hombres y Colegios para que voten las mujeres, más de uno ha tenido que pasar un mal rato, cuando su sexo actual no coincide con el que señala su documento.
Hasta ahí las diferencias, la que es muy parecida es la clase política, de la cual hace mucho tiempo que descreo, tanto de la de allí como de la de acá, seguramente que a partir del lunes nos tocará pagar a los mismos y los de siempre se repartirán la torta a su antojo.
