jueves, 22 de junio de 2023

EL LOBO ESTÁ A LAS PUERTAS




Al igual que en el famoso cuento, hace tiempo que nos vienen advirtiendo de que viene el lobo y como les ocurría a los protagonistas del mismo, tantas eran las ocasiones en que la advertencia no se plasmaba en algo real, que también pensábamos que en esta ocasión íbamos a volver a salir indemnes de sus dentelladas, pero, hete aquí que esta vez si, esta vez la amenaza ya se ha empezado a cumplir, el lobo ha llegado ya a muchos lugares de la geografía española y si no le ponemos coto, en muy corto espacio de tiempo nos devorará con sus anacrónicas y obsoletas fauces.

Y esto puede ser posible, y ahora más que nunca, porque ese lobo está siendo alimentado por otros lobos que no dejaron nunca de serlo, a pesar de que se habían acostumbrado a ponerse, por conveniencia, por encima una piel de cordero, pero que, y como era previsible, a las primeras de cambio, han empezado a mostrar la patita y no tienen empacho en, no solo blanquear al fascismo, si no meterlo en gobiernos e instituciones periféricas.

El 23J, por tanto, nos jugamos mucho, es notorio que España carece de una derecha moderada y moderna, que defienda sus posiciones neoliberales, pero que renuncie a apoyarse, pactar y sobre todo sentar en un gobierno a un partido de extrema derecha, como si ocurre por ejemplo en Alemania, donde el partido conservador le aclara a todo aquél que quiera escuchar que no se sentaría con la extrema derecha ni para tomar un café.

La postura del Partido Popular, no debe de sorprender a nadie, de hecho la mayoría de los que abanderan hoy al partido nostálgico del franquismo, salieron de sus filas, muchos de los que pueblan la bancada del grupo popular se movían como pez en el agua en el anterior régimen, y con honrosas excepciones, no es descabellado pensar que se trata pues de los mismos o parecidos perros con distintos collares.

Como suele ocurrir en cuanto se les deja, a estos salvapatrias de cuarta, les ha faltado el tiempo para intentar que volvamos cuarenta o cincuenta años hacia atrás, quieren devolvernos a una España en blanco y negro, de pandereta y mantilla. Quieren terminar con muchos de los derechos y avances que entre todos hemos conseguido, niegan el cambio climático, niegan la violencia machista, y negarían hasta a su padre si con ello pudiesen hacer lo que más les gusta, que no es otra cosa que torcer a su antojo la voluntad popular.

Por todo ello y por muchas cosas más, no es tiempo de quedarse en casa, no es tiempo de ponerse de perfil y de seguirles el juego pensando, "bah, si al final todos son iguales", porque esa sería su mayor victoria, es tiempo de que todos los demócratas, conservadores y progresistas, todos aquellos que no queremos volver a vivir algo como lo que vemos en alguna retrospectiva del NO-DO, copemos el 23 de julio los colegios electorales y les dejemos claro que para atrás ni para tomar impulso.