NO MATEMOS LA
GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
Hace unos días, en uno de los diarios de la provincia, y
mezclada con otras noticias, se pudo leer una nota que a mi modo de ver, ha
pasado bastante desapercibida, a pesar
de la importancia que la misma tiene para todo lo concerniente con el turismo
en nuestra ciudad. Desde hace ya un tiempo atrás se conocía el hecho ya
consumado de que para esta temporada de
ballenas se sumarían nuevas ofertas para el avistaje de las mismas desde la
vecina localidad de Las Grutas, lo que se han conocido estos días son los
precios con los cuales van a salir a competir los prestadores de este servicio
en el conocido balneario Rionegrino, y esto es lo preocupante, ya que las
cifras que han trascendido son sensiblemente inferiores a las que se vienen
manejando por las empresas que ofrecen el mismo servicio en Puerto Pirámides.
Digo que es preocupante porque a nadie se le escapa, y más en los tiempos que
vivimos, que el turista busca, compara y elige aquello que le es más rentable para
su bolsillo, y es lógico.
Cuidado, porque, valga el símil, hasta hace poco teníamos un
almacencito en el barrio, y como éramos los únicos, todo aquel que quería
comprar algo, tenía que caer en nuestro boliche, si o si, pero resulta que,
miré usted por dónde, nos acaban de abrir otro almacén en la cuadra siguiente y
además el tipo, que está en todo su derecho, está tirando los precios. Con lo
cual, me parece que nos vamos a tener que poner las pilas si no queremos que la
clientela empiece a desfilar, más a menudo de lo que nos gustaría, hacia el
nuevo emprendimiento
.
Me parece que esto debería ser un toque de atención, no
solamente para los que se dedican al negocio de mostrar las bellezas naturales,
y que son muchas, que esta provincia posee, si no para todos aquellos, que de
alguna u otra forma, tienen que ver con el turismo en la zona. Se me ocurre así
a bote pronto por ejemplo, que sería bueno que empezasen a cambiar el chip, la
gente que tiene alquileres temporarios, los bares y confiterías, los restaurantes
y demás negocios que esperan con los brazos abiertos temporada tras temporada a
los turistas. He escuchado a mucha gente quejarse por los precios abusivos a
los que a menudo se los somete en la zona, sería bueno no cargar demasiado la
mano sobre ese particular, si no queremos correr el riesgo, de qué y siguiendo
con el símil, se nos vayan una cuadra más arriba a comprar la cerveza, pues a
veces sucede que de tanto querer estirar la teta de la vaca, ésta, termina por
romperse.