sábado, 1 de junio de 2013

UP THE IRONS

                           




Mientras escribo estas lineas, se está desarrollando en España un fin de semana muy especial para todo aquellos que amamos el rock, me refiero al Sonisphere, un festival con mayúsculas que, ayer en Madrid y hoy en Barcelona, está ofreciendo para todos aquellos que vibran con esta música la oportunidad de disfrutar con un ramillete de bandas ya consagradas, contando además con el cierre como cabezas de cartel de los excelsos Iron Maiden y con la ilusión en lo que a mi se refiere de saber que como única banda española, descargarán mis paisanos Tierra Santa.

El Festival, por tanto, me sirve de linda excusa para escribir unas lineas sobre Iron Maiden, mi banda favorita y el grupo que más me ha marcado musicalmente desde mi mocedad y hasta el dia de la fecha. Fue en los primeros años de la década, para mi, más importante para la música a nivel mundial, me refiero a los 80´s, cuando quiso el azar o lo que fuese, que dejase de escuchar la música pastelera que hasta entonces había venido escuchando y descubriese la que a la larga me iba a volar la cabeza y me iba a acompañar a lo largo de mi vida. Siempre recordaré que fue después de unos San Mateos, cuando, con algo de dinero que me había sobrado de las fiestas me hice con dos álbumes que me abrieron de par en par las puertas de un universo de guitarreos furiosos, y ritmos trepidantes que me atraparon sin remisión, los dos álbumes eran el Back in Black de AC/DC y el Volumen Brutal de Barón Rojo. No pasó mucho tiempo hasta que realicé mi tercera adquisición, esta vez fue, The number of de beast de Iron Maiden, y si los dos primeros ya me alucinaron, este último me dio vuelta a la cabeza.

Desde entonces, la Doncella se convirtió en mi grupo de cabecera, la voz de Bruce Dickinson me pareció impresionante, luego aprendí a valorar también la de Paul Di´Anno, vocalista de los primeros discos, el bajo de Steve Harris una maravilla, y las guitarras de Dave Murray y Adrian Smith una auténtica locura, que junto con Clive Burr aporreando los parches, no le dieron ni un segundo de respiro a mi adolescencia. Me considero un afortunado, pues he tenido la suerte de poderlos ver en directo un par de veces y puedo dar fe de que sus directos no dejan impasible a nadie. Han ido pasando los años, vendrían muchos discos más, reconforta el ver que en el 2013 aquellos muchachos ingleses que pusieron en gran parte la banda sonora a nuestra vida siguen al pie del cañón, con más de 85 millones de discos vendidos, aun sienten la necesidad de pararse arriba de un escenario y descargar como en los mejores tiempos, todos somos un poquito más viejos pero poco importa, al menos ellos son incombustibles. Y eso que los que sean un poco más mayores quizás se acuerden de una noticia que dio TVE a fines de los 80 en la que anunciaba la muerte de Steve Harris, una muerte más tarde desmentida pero que no evitó una buena llorera de mi parte, al fin y al cabo casi eran parte de mi familia y seguirán siendolo hasta el final.

UP THE IRONS