Ayer al salir del Ciudad de Tudela escuché a un aficionado blanquirrojo decir que este era el típico partido que otros años no hubiésemos ganado y tengo que decir que coincido ciento por ciento con él. No fue un buen partido, es cierto que en ese campo rara vez lo es, yo es el tercer año consecutivo que me desplazo y ningún caso he podido disfrutar de un buen partido, parece que las características del campo y del rival lo dejaran establecido de ante mano. Hasta ayer me había tocado vivir allí un empate a cero y una derrota, ambos partidos fueron chivos para el espectador, el de ayer solo se diferenció en que conseguimos los tres puntos, y ¿qué queréis que os diga?, pues que bendita diferencia.
Este equipo se está empeñando este año en derribar mitos, no se había ganado nunca en Tajonar y se hizo; no se le había ganado nunca al Leioa, conseguido, y ayer cayó otro mito, al fin se conquistó Tudela. Las crónicas dirán que no fue un buen partido, ni falta que hace, había que ganar para aumentar la ventaja y se ganó, y yo salí más contento que perro con dos colas.
Mención aparte merece el desplazamiento masivo de la afición blanquirroja, desde el mediodía tiñendo de blanco y rojo la zona de pinchos tudelana. Resulta reconfortante ver como este equipo ha calado ya en el corazón de tanta gente, y como son familias enteras las que acuden a alentar al equipo de su ciudad, ayer más de 800 logroñeses disfrutaron de un día para enmarcar, y a buen seguro se unirán más, el premio merece la pena.
Queda mucho, no cometeremos el error de pensar que está todo hecho, ni mucho menos, pero la cosa va pintando cada día mejor, somos punteros y destacados. Ayer se aprovechó que el Bilbao Athletic se dejó dos puntos para elevar a ocho la distancia, contra más grande sea el colchón mejor, es bueno saber que ante un posible fallo tenemos debajo una red.
Partido a partido, sigamos el viaje, próxima estación, Osasuna Promesas.
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